Camuflaje y emboscada: Algunos depredadores, como los felinos grandes o los insectos, utilizan el camuflaje para mezclarse con su entorno. Luego, atacan de forma repentina cuando la presa está cerca.
Caza en grupo: Los lobos y leones, entre otros, cazan en grupo para aumentar sus posibilidades de éxito. Coordinan sus movimientos para rodear y acorralar a la presa.
Ataques rápidos: Los animales como los halcones y las serpientes son expertos en ataques rápidos. Utilizan la velocidad y la precisión para capturar a sus presas antes de que puedan reaccionar.
Uso de veneno: Algunas especies, como las serpientes venenosas y ciertos insectos, utilizan veneno para paralizar o matar a sus presas antes de consumirlas.
Manipulación del entorno: Los depredadores a veces manipulan su entorno para atrapar a sus presas. Por ejemplo, las arañas tejen telarañas complejas para capturar insectos voladores.
Uso de señuelos: Algunas especies de depredadores, como ciertos peces y aves, usan técnicas de engaño, como imitar el comportamiento de su presa o atraerla con señales falsas.
Exploración y rastreo: Los depredadores como los perros salvajes y los osos tienen un agudo sentido del olfato y la vista que les permite rastrear a sus presas a lo largo de grandes distancias.
Aprovechamiento de debilidades: Los depredadores a menudo atacan las partes más vulnerables de sus presas, como los jóvenes, los enfermos o los heridos, que son más fáciles de capturar.
